He pensado tal vez algunas veces que ese es el grito del hombre libre. ¡Y me he equivocado! Ese es el grito del esclavo: del esclavo de sí mismo y de sus pasiones y de sus pecados: la peor de las esclavitudes.
Ese es el grito del ángel rebelde, de satanás, el eterno esclavo.
"Non serviam" ¡No quiero servir! Es decir, no tendré mas Díos que a mí mismo. Mis deseos, mis caprichos, mis ambiciones: esa es mi ley, ese es mi dios.
O de otra manera: seré el esclavo de mis deseos, de mis caprichos, de mis ambiciones. Lo que ellos me aconsejan...,lo que ellos me piden...,lo que ellos me exigen...: eso será mi ley.
¿Mi ley? Mi yugo...,¿Mi ley! Mi carta de esclavitud...!
Porque tengo que ser sinsero conmigo mismo:
¿Quien es verdaderamente libre?
El que antes de la atracción del placer sabe dominar sus instintos, o el que se deja subyugar por ellos...?
El que ante el ídolo de las riquezas rehusa la adoración, o el que dobla la rodilla ante ellas...,?
El que ante el miedo al miserable qué dirán pisotea su deber, o el que lo cumple valientemente sin preocuparse de la maledicencia ni de las burlas de sus compañeros...=?
La respuesta no es dudosa:
Es libre el que sabe dominar sus instintos...
Es libre el que rehusa conscientemente la adoración a una vil criatura...
Es libre el que sabe defenderse de los lazos del respeto humano...
Y es presisamente el que sirve a Dios.
Y es esclavo el que se deja llevar de sus instintos.
Y es esclavo el que se doblega ante el ídolo vil de las riquezas.
Y es esclavo el que busca la honra de los otros hombres, pisoteando sus deber.
Y es presisamente el que grita: "Non Serviam" No quiero Servir"
Quiero ser libre! Libre, con la verdadera libertad. Con la libertad de los hijos de Dios, que son reyes, poque saben servir a su Señor, a su creador, a su redentor.
"SERVIR A DIOS ES REINAR"
QUIERO SER LIBRE, QUIERO SERVIR A MI DIOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario