martes, 22 de septiembre de 2009

YO SOY EL SEÑOR


Con estas palabras sencillas y solemnes el Señor dio sus mandatos en la antigua Ley. Yo, el Señor.

Y ella sigue siendo tambien en la Ley Nueva el titulo de su dominio sobre nosotros, de su dominio sobre mí: ¡El es el Señor!

Si el sentido profundo de esta palabra penetra hasta el fondo de mi alma:

¡El Señor! Mi Señor!

Señor mío por tantos títulos:me sacó de la nada: todo mi ser suyo es: yo soy su creatura.; me redimio de la esclavitud del pecado, el yugo ominoso que me marcó desde el momento en que fui concebido: en pecado nací, pero El fué mi Redentor y me libro de ese vergonzoso cautiverio; me marcó con un sello indeleble en el día de mi bautismo: me hizo entonces suyo por un nuevo título; me ha hecho su tabernáculo viviente, cuando en el día de mi primera comunión, tomó posesioón de mi alma, convertida en su trono; me rescató de nuevo, y tantas veces, cuando el demonio me había sujetado de nuevo a su yugo por el pecado; El es real y verdaderamente mi Señor.

Y yo, criatura suya, posesión suya, quiero reconocer de nuevo, voluntariamente, ese dominio suyo:

Sí, Señor, Tú eres mi Señor.

Tienes sobre mí todos los derechos.

Puedes disponer de mí a tu voluntad.

Como quieras, Cuando quieras.

Yo besaré reconocido tu mano, si quiere herirme con el dolor, si quiere purificarme con el sufrimiento, lo mismo que cuando venga a alentarme con la alegría.

Aceptaré gustoso tus disposiciones.

¡Tú eres el Señor!

¡Yo soy tu creatura!

jueves, 17 de septiembre de 2009

SOLO UNA COSA ES NECESARIA



Sólo una cosa es necesaria. Es la verdad eterna quien lo dice.

Marta, la hermana de Lázaro y de María, andaba solícita y turbada, ocupada en atender a mil pequeños detalles.María, entre tanto, sentada a los pies del Maestro, escuchaba la divinas enseñanzas.

Marta se queja; pide la ayuda de su hermana.Y Jesús le responde:

"Marta, Marta, muy solícita estás, y te turbas con muchas cosas. Y, sin embargo, sólo una cosa es necesaria".

Y esa única cosa necesaria es la que olvido yo muchas veces.¿Cuaál es?

Servir a DIOS. Sí, servir a DIOS,que es mi principio y mi fin.

¿En que me ocupo...?En mis libros..., en mis estudios..., en mis tareas..., en mis juegos y diversiones..., en mis negocios...Bella ocupación, ciertamente, y muy útil para mi vida.

Pero, y DIOS, el Unico necesario...?

Me acuerdo de El...?

Mientras leo, me acuerdo alguna vez de mi DIOS...?

Cuando estudio, pienso alguna vez en mi DIOS...?

Si trabajo, trabajo por mi DIOS...?

En mis diversiones, no me aparto de mi DIOS...?

En mis negocios, no me olvido de mi DIOS...?

Si así es, busco lo único necesario.
Si no es así, qué busco...?

Infeliz de mí!

Porque llegará un día, que quizás no esté muy lejano, en que me encontraré con ese Unico necesario... pero no para poseerlo, sino para...perderlo y para llorar eternamente su pérdida.



Todavia es tiempo de buscarlo.

El se deja encontrar de los que lo buscan.

Y no abandona nunca a quien no lo abandona.

Dichoso yo si lo poseo.

Dichoso si escucho, como María, sus palabras, que son palabras de verdad y vida.

martes, 15 de septiembre de 2009

¿DE DONDE ERES?


Es necesario hacer un alto en mi camino. No puedo seguir así, ignorante de mi origen, inconciente de mi destino.

Quiero pensar hoy en esta pregunta sencilla, al parecer, pero que, sin embargo, encierra el secreto de toda mi vida: ¿De donde vengo?

!DE DONDE VENGO¡


!Vengo de Dios¡ La fé y la razon se aunan para enseñármelo.

Vengo de Dios: Este espiritu que me alienta,soplo es de su omnipotencia,don de su inefable amor...
Vengo de Dios: El es mi autor, mi Dueño, mi Padre...
Vengo de Dios: nobleza de mi origen , que me obliga a la correspondencia.
Criatura de Dios: de El dependo, Siempre, en todo, en todas partes.
No he visto, acaso, la hoja del árbol, que se desprende de El y vuelva alegre, entonando el canto de su emancipación y de su libertad? Pobrecilla! desde ese mismo momento, privada de la savia vivificadora, comienza a ser la hoja muerta¡
Tal soy yo cuando desconosco mi dependencia,cuando olvido mi condicion de criatura de Dios.
Criatura de Dios: "Oh dulce pensamiento, que anega el alma en celestial ardor"
Criatura de Dios: qué título para alegar ante El, para pedir su auxilio: Tuyo soy, Señor, Tú no abandonaras la obra de tus manos!
Criatura de Dios: El que es mi origen, es tambien mi destino.
De Dios vengo. Hacia Dios voy.
"Para mi gloria te crié", dice el Señor.
Y yo, le busco...? Le amo...?
Me averguenzo, por ventura, de ser suyo...?
Reniego de su dependencia...? la encuentro dura...?
Oh! entonces no he gustado cuán suave es el Señor, cómo es de dulce su yugo y ligera su carga!
¿Y eso por qué?
Porque no he rcibido ese yugo, ni aceptado esa carga con amor; porque no lo he mirado a El como a mi Padre, porque no le he considerado como al único que busca mi bien, mi verdadero bien, el único bien que puede saciar mis anhelos íntimos de felicidad segura y eterna.
Vengo de Dios. Voy hacia Dios.
"Me críaste, Señor, para Ti, y mi corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti".